¿Qué son las demandas colectivas?
Las demandas colectivas han crecido un 120% en Europa en los últimos años según el CMS European Class Actions Report 2022, alcanzando cada vez más protagonismo en el sector legal pero también en la sociedad en general. Los consumidores son conscientes de sus derechos y no están dispuestos a que estos se vean vulnerados por prácticas ilícitas y abuso de poder de grandes corporaciones.
Equipo ESKARIAM
¿Qué es una demanda colectiva?
Una demanda colectiva es aquella que afecta a un gran número de personas que han sufrido daños y perjuicios por causas similares. Se trata de una herramienta legal en la que varios afectados se ven implicados por un mismo problema, interponiendo una reclamación colectiva con el fin de agilizar el proceso judicial y poder alcanzar el mejor acuerdo posible para todas las partes.
Características y requisitos de las demandas colectivas
Las demandas colectivas representan varios aspectos positivos para los afectados, así como para el sistema judicial de un país:
- Mayor capacidad para calcular el daño y la indemnización para los afectados.
- Mayor uniformidad para todos los afectados.
- Disminución de los costes de cada acción judicial individual.
- Mayor eficiencia a la hora de ejecutar las sentencias.
Para que una demanda sea considerada una demanda colectiva tiene que cumplir ciertos requisitos, como tener un elevado número de afectados o que estos afectados hayan sido parte del mismo daño.
En España, a diferencia de en otros países europeos o de otras partes del mundo, para poder interponer una demanda colectiva ha de haber un gran grupo de consumidores afectados por el mismo daño representados a través de entidades habilitadas sin ánimo de lucro. Por norma general hablamos de demandas colectivas cuando se superan los 50 afectados.
Las demandas colectivas en España
En España las demandas colectivas no tienen todavía una regulación ad hoc que permita presentar reclamaciones de una manera efectiva y eficiente. Sin embargo, en 2021 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) aprobó una directiva que asentaba las bases de lo que podrían ser las acciones de clases en Europa, incluida España.
Un ejemplo de demanda colectiva en España es el caso del ‘Cártel de la Leche’. Miles de ganaderos se vieron afectados por prácticas anticompetitivas de ciertas industrias lácteas, las cuáles formaron un cártel, comprando la leche a los ganaderos por debajo de los costes de producción.
Esta acción colectiva no se puede tratar en España como una única demanda, sino que cada uno de los afectados será un caso por sí mismo, colapsando de esta manera los juzgados. Para optimizar estos procesos en las demandas colectivas, los juzgados de Barcelona han preparado un novedoso protocolo para permitir aunar las demandas frente a un mismo fabricante siempre que sigan un mismo criterio pericial y así lo acuerden las partes.
Las demandas colectivas en el derecho comparado
Si nos fijamos en las jurisprudencias extranjeras podemos observar cómo el sistema de demandas colectivas está mucho más desarrollado que en España. Según el estudio anual de CMS sobre demandas colectivas, éstas sufrieron un aumento de más del 120% de 2018 a 2020, creciendo de 64 en 2016 a 109 en 2020.
Un buen ejemplo de demandas colectivas en Europa son los casos de competencia de Google y Apple por precios excesivos, los cuales están siendo impulsados por ESKARIAM en Portugal, donde el régimen de acción de clase está permitido.
En el caso de Portugal, se elige un representante de la clase (individuos afectados) y se estudian todos los casos como una única demanda, siempre que se siga el mismo criterio pericial en todas las reclamaciones. Además, estas reclamaciones son opt-out, es decir, se incluyen automáticamente a todos los afectados en la demanda, con capacidad posterior de todos los afectados para expresar no participar en la reclamación si así lo desean.
Mediante estas acciones de clases en Portugal, el representante de la clase en dicho país está solicitando a ambas empresas que reduzcan su controvertida comisión del 30% en las compras de App Store y Google Play Store, ya que infringe las leyes de competencia europeas y portuguesas. Según las demandas interpuestas, ambos gigantes tecnológicos están abusando su posición de dominio en el mercado de aplicaciones a expensas de sus usuarios. Estas reclamaciones se cuantifican en un valor estimado que supera los 198 millones de euros, y beneficiarían a más de 6,5 millones de usuarios portugueses.
Conclusiones
No es ningún secreto que el sector de las demandas colectivas está en auge tanto en Europa, como en el resto del mundo, así como en España. Sin embargo, en el caso español, sin una ordenación de la litigación adecuada, ni el sistema judicial podrá ser eficiente ni los propios afectados podrán contar con un sistema de calidad en la defensa de sus derechos.
Desde ESKARIAM apostamos por el avance de la regulación en España de las demandas colectivas que permita una eficiente gestión judicial de estas reclamaciones colectivas y favorezca la implantación de sistemas de financiación adecuados, así como la penalización de los abusos de poder de las grandes corporaciones.
Casos como el del Cártel de la Leche o el del Cártel de camiones están poniendo de manifiesto la necesidad de esa ordenación de la litigación en beneficio de todas las partes, y España tiene delante una gran oportunidad para dar un paso adelante en la trasposición de la Directiva (EU) 2020/1828.
¿Te ayudamos?
Contacta con nosotros